Aunque hace ya años que se habla de Smart Cities, muchos ciudadanos al oír esta expresión siguen pensando en coches voladores, pero la realidad es que cualquier proyecto para convertir una simple ciudad en una ciudad inteligente, gracias a las inversiones públicas en tecnología, es sumamente interesante no sólo por el incremento del bienestar de los vecinos sino por la mejora, a través de infraestructura, en la sostenibilidad, en la seguridad y la reducción de los gastos superfluos, lo que repercute en mejora de los servicios sociales o en una bajada de impuestos. Y, ¿quién no quiere esto?
En la actualidad hay muchos proyectos en fase de desarrollo para convertir en “smart” a ciudades españolas. Este mismo año, sin ir más lejos, y según los datos de www.AdjudicacionesTIC.com, destacan los proyectos que se están llevando en Bilbao (para mejorar el Ordenamiento de Tráfico y Aparcamiento, OTA, de la ciudad (un proyecto de más de 37 millones de euros), Santander (adjudicado a Indra ( www.indracompany.com )por 1,15 millones de euros), Huelva (adjudicado a Telvent) o Granada (adjudicado a Idom( www.idom.com). Además, se encuentran en proceso de licitación otros proyectos interesantes como los de la contratación de servicios informáticos de ampliación, adecuación y evolución de la actual plataforma Smart Cities del Área Metropolitana de Barcelona en el ámbito de la movilidad, gestión integral de residuos, río Llobregat, parques y playas, en Barcelona por valor de 754.000€.
En general, para hablar de inversiones públicas en proyectos Smart City se tienen en cuenta varias
dimensiones clave: gestión pública, planificación general de la ordenación
urbana, tecnología para el medio ambiente, cohesión social, transporte y
capital humano. En este sentido, destacan los proyectos de Luxemburgo, Aarhus
(Dinamarca) o Turku (Finlandia), que se sitúan año tras año en lo más alto de
los rankings internacionales. La ciudad española más destacada en este sentido
se queda en una posición bastante alejada, Pamplona, en el puesto 41; con
Valladolid, muy cerca, en el 43; y Oviedo, en el 50.
Un ejemplo paradigmático de Smart City en donde la Administración
Pública ha invertido en tecnología para conseguir mejorar el nivel de vida de
los ciudadanos es Luxemburgo, donde desde 2002 existe una red wifi pública que
permite acceder a Internet desde cualquier lugar de la ciudad y donde ahora se
trabaja en una mejor integración de los transportes públicos para poder
permitir las comunicaciones puerta a puerta (algo fundamental en un país tan
pequeño y que recibe miles de trabajadores desde Francia, Bélgica o Alemania a
diario).
En nuestro país, Pamplona cuenta
con una amplia estrategia Smart City con el objetivo de mejorar las
comunicaciones en la ciudad y a su vez incrementar el nivel de vida, ser más
eficaz en los procesos y ofrecer nuevos servicios al ciudadano.