Para casi todo el mundo, septiembre es sinónimo de “Vuelta al Cole” y no sólo por los incesantes anuncios de los grandes almacenes que nos animan a comprar zapatos nuevos a los niños sino por los recuerdos de toda una época en la que se terminaba el verano y empezaba todo otra vez… Pero como no sólo de zapatos nuevos vive el hombre –o el niño-, cada mes de septiembre buscamos estrenar lo nuevo, también en lo que a grandes infraestructuras se refiere.
Queremos llegar al colegio de
nuestros hijos, a la universidad de nuestros jóvenes y ver que el verano se ha
empleado en mejorar los sistemas de comunicación, de matriculación, de gestión
de expedientes…
Sin embargo, para ello tendremos
que retroceder un poco en el tiempo, sobre todo si queremos formar parte de esa
revolución tecnológica en el mundo
de la educación.
Exacto: para casi todo el mundo,
septiembre es sinónimo de “Vuelta al Cole” pero para la Administración no.
Prácticamente todos los grandes concursos
públicos relacionados con el mundo de la educación (ya sea publicados por la Administración General del Estado –que aunque tiene las
competencias de educación transferidas a las Comunidades Autónomas aún gestiona
un importante montante de presupuesto para inversiones-, por las Consejerías de Educación regionales o
incluso por las Universidades públicas), tienen su punto álgido en el cambio de
año natural.
No en vano, si echamos un ojo al
análisis que realiza www.AdjudicacionesTIC.com sobre todas las adjudicaciones llevadas a cabo en el vertical de la educación, observamos claramente que el
mayor montante en concursos públicos se resuelve entre los meses de diciembre y
febrero, aunque es cierto que el curso pasado empezó con fuerza y se
adjudicaron proyectos en educación
por valor de más de 27 millones de euros. Este agosto, sin embargo, no se han
alcanzado ni los 6 millones de euros. Durante todo el año pasado, el conjunto
de Administraciones Públicas adjudicaron proyectos vinculados a la educación por valor de 129 millones de
euros, mientras que en lo que llevamos de año (agosto incluido) no se han
llegado a los 6 millones, muy probablemente por la falta de definición de
Gobierno.
De hecho, el mayor proyecto
adjudicado en 2016 ha correspondido a la Universidad
de Córdoba, que ha invertido algo más de un millón de euros en un servicio
de comunicaciones fijas y móviles que prestará Telefónica. Son, por cierto, las Administraciones andaluza,
catalana y valenciana las que mayores inversiones han realizado en tecnología para la educación en lo que
llevamos de año; y son Telefónica,
la Oficina de Cooperación Universitaria
(la organización de referencia para el software universitario en las
universidades de España y de América Latina) y Seidor los mayores adjudicatarios por volumen de negocio en el
vertical de la educación en 2016.
¿Alcanzará nuestro país el nivel
de inversión en tecnologías para la educación de 2015? Nos quedan solo escasos
cuatro meses para comprobarlo. Aunque, quizás, dentro de unas semanas en el
marco de SIMO Educación 2016, -donde
Omnitel estará prestando sus servicios a varios fabricantes- veamos alguna
propuesta interesante de la mano de la IV edición de los Premios a la
Innovación en Educativa.